Prepara la piel para la primavera.
Llega la primavera y ya hemos empezado a disfrutar de los días de sol y de las largas tardes. Pero también empezamos a sufrir los picores, las alergias y los estornudos, y es que el cambio estacional no sólo lo sufrimos en nuestro organismo, nuestra piel también debe adaptarse a este cambio. Y para que sufra lo menos posible, el primer paso que hay que dar es hacernos una limpieza facial para mantener la piel sana y sin impurezas.
Un peeling sería ideal para rejuvenecer y renovar las células de la piel que se han acumulado a lo largo del invierno, que es la estación más dura del año: el frío, la lluvia, la humedad, el viento y los cambios bruscos de temperatura hacen que nuestra piel sufra deshidratación, palidez, tirantez, irritación, enrojecimiento y descamación, por eso debemos reparar de cara al buen tiempo.
Una buena hidratación es fundamental para que nuestra piel tolere la exposición solar. Conseguiremos un bronceado uniforme y duradero.
Pero hay que tener mucho cuidado en esta época del año, aunque parezca que el sol tiene menor intensidad, en primavera aumenta la radiación UV y son frecuentes los despistes y las quemaduras, sobre todo si hacemos alguna actividad al aire libre.
Es importante que también cuidemos nuestra piel desde dentro, el agua es fundamental para mantenerla hidratada. Así que si te cuesta o se te olvida beber agua durante el día, sustituye el café por infusiones. Tu piel te lo agradecerá.
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